La geología (del griego γῆ /guê/, ‘Tierra’, y -λογία /-loguía/, ‘tratado’) es la ciencia que estudia la composición y estructura interna de la Tierra, y los procesos por los cuales ha ido evolucionando a lo largo del tiempo geológico.
En realidad, la Geología comprende un conjunto de "ciencias geológicas", así conocidas actualmente desde el punto de vista de su pedagogía, desarrollo y aplicación profesional. Ofrece testimonios esenciales para comprender la Tectónica de placas, la historia de la vida a través de la Paleontología, y cómo fue la evolución de ésta, además de los climas del pasado. En la actualidad la geología tiene una importancia fundamental en la exploración de yacimientos minerales (Minería) y de hidrocarburos (Petróleo y Gas Natural), y la evaluación de recursos hídricos subterráneos (Hidrogeología). También tiene importancia fundamental en la prevención y entendimiento de desastres naturales como remoción de masas en general, terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, entre otros. Aporta conocimientos clave en la solución de problemas de contaminación medioambiental, y provee información sobre los cambios climáticos del pasado. Juega también un rol importante en la Geotecnia y la Ingeniería Civil. También se trata de una disciplina académica con importantes ramas de investigación. Por extensión, han surgido nuevas ramas del estudio del resto de los cuerpos y materia del sistema solar (astrogeología o geología planetaria).
Fenómenos externos.
Causas torrenciales: Las lluvias son fenómenos atmosféricos producidos por la condensación de las nubes. Consiste en
la precipitación de gotas de agua líquida o sobre enfriada, cuyo diámetro es mayor a los 0.5
milímetros.
Las lluvias intensas producen un alto riesgo de inundación pluvial, y si existen montañas, la lluvia
puede alcanzar valores extremos. Las fuertes precipitaciones pluviales que están asociadas a los
huracanes, dependen de la prontitud con que este viaja, de su radio de acción y del área formada
por nubes convectivas cumulonimbus.
La medición y registro de la precipitación pluvial y de la intensidad de la lluvia se efectúa con
pluviómetros (recipiente graduado en milímetros en el que se mide la lluvia acumulada en un día) o
pluviógrafos (dotado de un reloj que hace girar un cilindro con una hoja de papel en la que de
manera continua se registra la altura de lluvia que se está acumulando. Determina la intensidad de
lluvia en milímetros por hora).
Causas fluviales: Invasión lenta o violenta de aguas de río, lagunas o lagos, debido a fuertes precipitaciones fluviales o rupturas de embalses, causando daños considerables. Se pueden presentar en forma lenta o gradual en llanuras y de forma violenta o súbita en regiones montañosas de alta pendiente.
Estos fenómenos naturales son causantes de la destrucción de campos de cultivo, a veces de poblados y deja una secuela infecciosa que ocasiona enfermedades y epidemias, a veces letales.
Dengue, resfriados, influenza común y pandémica, neumonías, diarreas, leptospirosis, hepatitis, tuberculosis e incluso cólera son algunas de las enfermedades que pueden reactivarse por la acumulación de aguas que actúan como criaderos de vectores y canales de transmisión de virus y bacterias y por el hacinamiento frecuente en los refugios.
Las enfermedades respiratorias -desde resfriado común hasta neumonías- se ven repotenciadas por las lluvias y por el hacinamiento en refugios. Los más vulnerables son niños, ancianos, embarazadas y personas con patologías de base como diabéticos, cardiópatas o inmunodeprimidos.
Causas subterráneas: El agua subterránea es un agente geológico de carácter general. Esta percepción no se pudo desarrollar hasta los años 60-70, cuando se empezó a reconocer la naturaleza de sistema del flujo de las aguas subterráneas en cuenca, sus propiedades, geometría y factores de control. Las dos causas fundamentales para el papel activo de las aguas subterráneas en la naturaleza son su capacidad para interactuar con el medio ambiente y la distribución espacial del flujo subterráneo. Ambas tienen lugar simultáneamente y a cualquier escala de espacial o temporal. Así, el flujo subterráneo tiene lugar desde la superficie hasta a grandes profundidades, y desde escalas de un día hasta tiempos geológicos.
Fenómenos internos.
Fenómenos sísmicos: Cada tanto la población mundial se ve sacudida por los efectos de algún movimiento sísmico transmitiendo distintos estados de ánimos entre los afectados y elucubraciones entre los observadores. De todos los fenómenos naturales que se producen y afectan a la superficie terrestre los más temidos son los sismos: tsunamis y terremotos. Los medios masivos de comunicación utilizando los acelerados avances tecnológicos muestran en forma instantánea los efectos devastadores en el habitad humano.
La Tierra está constituida por numerosas capas. La corteza terrestre o litosfera, donde se desarrolla la vida, es muy delgada y flota como planchas de corcho sobre la Astenosfera. La litosfera está fracturada formando placas oceánicas y continentales como un rompecabezas. En las fracturas se originan las zonas de subducción preferentemente en el Pacífico y zonas de expansión en el Atlántico. Las placas tienen direcciones definidas por las corrientes de magma que provienen de la Astenosfera.
Este magma - lava al entrar en contacto con el agua se solidifica y se desplaza lateralmente empujado por la sucesión de más lava originando la expansión de los océanos. Este efecto es contrarrestado en las zonas de subducción por las placas oceánicas, más pesadas, al producirse la colisión con una placa continental se hunden debajo de esta y se destruye por rozamiento. El material que llega a la Astenosfera es fundido por las altas temperaturas del interior de la Tierra, que vuelve a ser expulsado en forma de magma a través de una dorsal. En síntesis, los sismos son consecuencia de las distintas reacomodaciones de la corteza terrestre, los fondos oceánicos se expanden y las placas se acomodan, fenómenos que se repiten hace un sin numero de años.
El punto donde se origina el fenómeno sísmico se llama hipocentro, que por medio de ondas se propaga al epicentro, lugar donde se manifiesta. Cuanto más cerca de la superficie se localiza el hipocentro mayor será la intensidad del desastre. Por supuesto que los efectos de la magnitud (Escala de Richter) e intensidad (Escala de Mercali) van a depender de la estructura geológica y la percepción del desastre al asentamiento humano. Si el hipocentro se registra en el continente estamos frente a un terremoto, y si tiene lugar en el fondo oceánico ante un maremoto originando una inmensa ola llamada tsunami que llega a tener efectos devastadores sobre las costas dependiendo de la extensión de los terrenos bajos y de la población asentada en ella. Islas en el Océano Pacífico han desaparecido por efecto de tsunamis pero no han registrado trascendencia por no estar habitadas.
Los fenómenos sísmicos, como otros, forman parte de la vida de la Tierra, por lo que los especialistas en el tema ya han determinado la distribución geográfica de los mismos.
No se los puede evitar, sí desarrollar planes de contingencia para minimizar los desastres en las zonas afectadas que aumentan aceleradamente por la explosión demográfica.
Misiones es una zona asísmica, pero es susceptible a otros riesgos naturales como las tormentas, descargas eléctricas, olas de calor sobre los cuales se debe concientizar a la población.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario